Fachadas antiguas, calles de adoquines, silencio. El otoño que tiñe todo de amarillo. Colegiales es uno de los lugares de la ciudad en los que todavía se respira barrio y donde en un domingo de mayo todo huele a nostalgia.
Fue una de esas mañanas que salí, cámara en mano, a recorrer uno de mis barrios preferidos de Buenos Aires. Luego de la cuarentena del 2020, que nos mantuvo encerrados durante todo el otoño, poder disfrutar de estos colores se convirtió en un enorme regalo.
Un sol tenue brillaba entre las hojas de los fresnos, mientras que los aromas a asado y ravioles se entremezclaban en el aire. De repente, algún ladrido lejano quebraba el silencio. El placer de lo simple, de los pequeños momentos.
Ojalá la emoción de ese paseo se transmita en estas fotos.