Observar el ciclo de las estaciones nos lleva a redescubrir hasta los lugares más cotidianos. Así, con la llegada del invierno y sus días de bruma, los lagos de Palermo adquieren una atmósfera surreal. Las ramas de los árboles dibujan siluetas en el cielo mientras que la niebla, como un velo, envuelve el paisaje en un manto de belleza y misterio.
Fue en una de esas tardes que hice esta serie de fotos y hoy deseo compartirlas con ustedes. Qué las difruten!